martes, 6 de agosto de 2013

El dispositivo de la sesión:

La evolución de la expresividad motriz de los niños exige un marco que la contenga, por esto se pone progresivamente a su disposición un dispositivo espacial y temporal.
Dispositivo espacial: en la sala existen dos lugares; un lugar para la expresividad motriz del niño, un lugar para la acción, para jugar; y un segundo lugar bien delimitado para la expresividad plástica, gráfica y del lenguaje. 
Dos lugares, he aquí el dispositivo del espacio. Los niños serán invitados a pasar de un espacio a otro, entonces, este paso del  placer de jugar con su cuerpo al placer de simbolizar con la construcción, con el lenguaje, ayuda al niño a pasar por diferentes niveles de simbolización que van del cuerpo al lenguaje.
El primer lugar es amplio, está reservado a las actividades de juego motor y tiene su material específico. El segundo es más reducido y tiene también su material.
Antes de que entre el grupo en la sala, estos dos lugares ya están instalados para que los niños encuentren en cada sesión el mismo material e idéntico dispositivo, porque es un factor que proporciona seguridad, facilita la anticipación imaginaria y también anticipa el placer. Durante la sesión se invita al grupo a pasar del primer al segundo lugar.
Dispositivo temporal: Se estructura por medio de fases sucesivas que se proponen a los niños para que puedan pasar por diferentes niveles de simbolización, para que puedan sentir placer en un itinerario de maduración psicológica, que podría resumirse en pasar “del cuerpo al lenguaje”.
         El primer tiempo este reservado a la expresividad motriz (proceso de aseguración por medio del juego). El segundo tiempo para “la historia” narrada al grupo (proceso de aseguración por medio del lenguaje) y un tercer tiempo está dedicado a la expresividad plástica y grafica (simbolización a través del grafismo).
La duración de las sesiones ha de ser variable en función de la edad de los niños. Sesenta minutos son una buena duración para desarrollar todas las fases, aunque con un grupo de dos años la sesión puede ser más corta y con los más mayores puede llegar a los ochenta minutos. En cuanto al número de niños y niñas en la sala, la experiencia demuestra que un numero conveniente es de un psicomotricista por cada diez o doce alumnos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario